jueves, 18 de abril de 2013

LA ENERGÍA CURATIVA DE PERDONAR A OTROS





Hay una cuestión de “Los siete pasos del Amor” que siempre crea un poco de confusión y un bastante de polémica: El tema del perdón. Por eso me gustaría hablar un poco sobre como entender el perdón en el camino hacia el amor.

En primer lugar, para mí el odio está ubicado en el segundo paso del amor. Cuando nos enfrentamos a las pasiones, la línea que separa el amor del odio es muy delgada.
El odio es la pasión que sobreviene cuando el objeto de mi deseo no cumple con las expectativas que me he creado sobre él. Y eso significa que la causa del odio, al igual que la del amor, no está en el otro, sino dentro de mí. Por lo tanto, yo soy el único que puede dejar de odiar.

Ahora bien: ¿Qué motivos puedo tener yo para perdonar a alguien que me ha hecho mucho daño? Realmente no hay ninguno, es una cuestión de elección. Amor y odio son energías contrapuestas, cuanto más de uno, menos de otro.
El odio nos permite seguir ligados apasionadamente a eso otro que un día amamos, aunque ahora no queramos saber nada de él. El odio nos cierra a la experiencia del amor, porque al destinar nuestra energía al otro, nos impide destinarla a nosotros mismos, que somos la fuente del amor.

Odiar no es un juicio respecto de lo bueno o malo que alguien es, odiar es una elección sobre lo que quiero en mi vida. De la misma manera, perdonar no es un juicio sobre lo que me hicieron o dejaron de hacer, sino un acto para desprenderme de ese alguien que puede que me hiciera daño.

Somos los únicos que tenemos acceso a nuestras emociones, es el maravilloso regalo de ser humanos, tener la capacidad de pensar sobre ellas, de convertirlas en sentimientos, es el ejercicio de nuestra libertad.
Sólo tú puedes decidir qué quieres sentir, aunque no puedas decidir la calidad emocional de tus experiencias.

El odio actúa como la grasa en un vaso de cristal. Por mucho que lo llenemos de agua, si la grasa permanece, nadie querrá beber en él. Sólo tú tienes el poder de limpiar el vaso o dejarlo sucio. Las causas de por qué está manchado no importan, sólo es importante lo que quieras hacer ahora.

Y ahora es el momento para, definitivamente, limpiar nuestro vaso. Este es uno de los objetivos de “Los siete pasos del Amor”, conocer nuestras manchas para acertar con el detergente más adecuado. 
No pueden coexistir amor y odio, perdonar es el primer acto de amor incondicional que podemos hacer, no hacia otros, sino hacia nosotros mismos. Porque perdonar es descubrir que la fuente del amor nace en nosotros. Y cuando descubrimos esto, una nueva primavera amanece en nuestro interior.

Los siete pasos del Amor 

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